Blogia
http://FelipeValleZubicaray.blogia.com

Jefe de sus esclavos y esclavo de sus jefes

Traicionó al presidente que le nombró comandante en jefe de los ejércitos, arrastró a sus subordinados a la sublevación contra el gobierno de su nación, asesinó a los revolucionarios a los que detestó hasta su muerte, robó a sus compatriotas en cuyo nombre dio el golpe de gracia a la democracia de su país, pero su mayor crimen fue privar a su pueblo de la libertad: fue jefe de sus esclavos y esclavo de sus jefes --unos le abandonaron antes que otros, la fidelidad funciona más por abajo que por arriba, quizás es más difícil hallar nuevas alianzas allá abajo. Más tarde fue acusado de criminal, pero no de dictador: al parecer no hay leyes para este delito en el que no hay delito, en el que no hay ley. El servicio que el general prestó a la civilización fue combatir y eliminar la subversión: el beneficio que obtuvo, la jefatura del país --el poder absoluto y la gloria eterna, lo que él, campeón de lo pasajero y lo relativo, quizás creyó (fue un hombre de fe, hijo de la Iglesia y hombre de Estado) casi hasta el fin de sus días. Pero conservó el sistema en medio de la crisis que atravesaba el mundo, restauró el orden, devolvió la paz y la tranquilidad a la población, atajó -en fin- la revolución (aunque creemos que, en otro lugar y en aquel tiempo, hubiera encabezado otro tipo de tiranía): fue un baño de sangre, en el que él puso el fuego purificador, redentor y salvador de una sociedad que necesita bañarse de vez en cuando en la sangre de sus enemigos para resurgir limpia y nueva como en su primer amanecer. Los conservadores son demócratas hasta que dejan de serlo: y, a diferencia de su dictador, no han muerto. Tampoco han penado --quizá la justicia no puede con la política: tan sólo descansan en paz como dormidos. Ya nadie les hace la guerra (es decir, la oposición que entenderían como una amenaza), ya no invocan al militar que sin duda les repondría en el gobierno (su lugar natural). Un valor superior iguala a todos y, sin embargo, la unidad es la de unos, no la de otros --que, por ganar, pueden perder hasta su diversidad: una unidad que difiere, una diferencia verdaderamente de jerarquía.

0 comentarios