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Lenguas extranjeras españolas

Pero ¿a quién se le ocurre que la lengua común de los catalanes es el castellano? ¿Dónde no se entiende que la lengua común catalana es el catalán? El castellano es la lengua impropia que se habla entre los catalanes que aún no son auténticos catalanes, porque no se han descastellanizado como están obligados a hacer: la lengua común de los españoles es el español, pero ¿desde cuándo hay españoles entre los catalanes que se precian de serlo? La propiedad del español es la españolidad, pero ¿cómo se puede pretender que la del catalán no sea la catalanidad? ¿Acaso el catalán no es español si se niega a hablar una lengua ajena a él? Porque el castellano es la lengua ajena del catalán que se sabe catalán y que solamente si se le admite hablar en catalán en su comunidad estaría dispuesto a decirse español en las comunidades ajenas: de este modo, paradoja de paradojas, el catalán se declara español si los españoles reconocen que la lengua propia y común a todos los catalanes es el catalán. Cataluña es España si se acepta que el catalán es para los catalanes y el castellano para el resto de los españoles; pero, si no se acepta, el resultado tampoco difiere mucho: entre los catalanes se habla el catalán, no el español que se habla entre los españoles o si un catalán se encuentra con un español fuera de su comunidad natural (política y lingüística). La comunidad del catalán es Cataluña, la del español España: el español no es más que el castellano y fuera de Castilla no se puede hallar ningún español, es decir, ningún castellano. Pero la manera de ser español en Cataluña es ser catalán, hablar en catalán, decirse catalán: en otras palabras, no ser castellano, no hablar en castellano, no decirse castellano. Castilla ya no es la región o nacionalidad o provincia o país común a España, sino tan sólo su única comunidad junto a otras tan únicas como ella: su lengua propia es el castellano, que se habla en Cataluña como se podría hablar el inglés o el francés sin que por este motivo dejara de ser una lengua extranjera, incluso una lengua franca (y simbólicamente quizá franquista, imperial, obligatoria). En definitiva, la lengua común a los catalanes es el catalán y en Cataluña el castellano es una lengua de fuera que se hablará allí mientras se hable. Y la lengua común a todos los españoles no es más que la lengua común a todos los castellanos, que en realidad son los que no tienen otra lengua por más que se encuentren con una zona de influencia quizá cada vez más reducida para la suya: el pasado de la lengua castellana se halla en España y el futuro en el mundo, pero en Cataluña no se encuentra ni el presente. En Cataluña ya no hay una lengua nacional sino otra y no es una cuestión de lenguas, sino de naciones: no hay una lengua interior a España porque no hay un territorio, un sujeto, al que se le atribuya. Es el momento de las lenguas de dentro posibilitado por las nuevas interioridades que se están abriendo en nombre de la diferencia y las pluralidades.

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